¿Sin dinero en las cuentas ni ninguna clase de salida para pagar las facturas que no paran de llegar mes a mes? ¿Las deudas crecen y estás a punto de ser embargado? ¡Calma! En este artículo puede estar la solución que buscas desde hace tiempo, porque te enseñaremos cómo declararte insolvente.
¿Quién puede declararse insolvente?
Pueden declararse insolventes todos aquellos deudores —sean particulares, autónomos o empresas—, que no cuenten con liquidez para hacerle frente a las deudas, pues los pasivos superan a los activos y no tienen bienes suficientes para saldar sus obligaciones con los acreedores.
¿Cómo es el proceso para declararse insolvente?
Declararse insolvente es una de las últimas opciones de los deudores para encargarse de sus obligaciones con acreedores. Pero, al llegar a esta, no debe tomarse como una calamidad. Aunque debes saber que no es trabajo fácil, por lo que se recomienda tener el acompañamiento de un profesional.
Ten en cuenta que inicialmente se recomienda acudir a las entidades a las que debas dinero, con el fin de renegociar los pagos, o ver otras alternativas, antes de tomar las vías extrajudiciales o llegar a un juicio.
Requisitos para la declaración de insolvencia
El requisito principal es comprobar que no cuentas con los recursos para pagar tus deudas, pues no tienes liquidez ni bienes para poner sobre la mesa y recobrar tu solvencia.
Para demostrarlo, deberás aportar la documentación necesaria concerniente a tus gastos, ingresos, deudas, patrimonio y bienes. Es allí donde debe figurar que tus pasivos son mayores que tus activos.
En el estudio de la documentación el juez determinará si estás recurriendo a la declaración de insolvencia por una necesidad real o si es por estrategia, es decir, para no pagar lo que debes.
Qué necesito para declararme insolvente
Como ya se mencionó, es necesario comprobar que eres insolvente y que las deudas tengan unas características específicas, proceso que se soporta con las siguientes pruebas:
- Demuestra que has incumplido el pago de dos o más obligaciones con dos o más acreedores por un plazo mayor a 90 días.
- Puedes declararte insolvente si cuentas con uno o más procesos en tu contra relacionados con demandas de ejecución o de cobro judicial.
- Tener las deudas producto de tu actividad económica principal.
- Por último, debes aportar la documentación necesaria: gastos, ingresos, deudas, embargos, patrimonio, bienes y lo relacionado con la vida laboral y personal.
Tipos de insolvencia en España
La Ley Concursal establece que hay tres tipos de solvencia: la actual, la inminente y probable. Acá te las describimos mejor:
- Actual: Puedes darte cuenta que estás en esta etapa cuando ya no puedes pagar las deudas de manera regular y comienzas a tener impagos.
- Inminente: ¿Has sentido que viene la lluvia, aunque no hayan muchas nubes en el cielo? Así es esta insolvencia, pues prevés que en un futuro no podrás cumplir con tus obligaciones de pago.
- Probable: Esta insolvencia se refiere a cuando es previsible que si no actúas para reestructurar la deuda o llegar a acuerdos con los acreedores, no podrás cumplir con las obligaciones que venzan en los siguientes dos años.
Sea cual sea, en los tres casos los deudores pueden acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad, de la cual hablaremos más adelante.
Efectos de la declaración de insolvencia
Al declararse insolvente el acreedor puede solicitar que se embarguen tus bienes para cubrir las deudas. En cuanto a la posibilidad de adquirir otros préstamos o créditos, te será difícil obtener estos productos, ya que queda registro de tu historial crediticio negativo.
No olvides que la insolvencia no necesariamente significa no pagar la deuda, sin embargo, si te acoges a la Ley de Segunda Oportunidad puedes obtener mejores acuerdos de pago e, incluso, eliminar una parte o la totalidad de esta.
¿Qué ocurre con el acreedor cuando una persona se declara insolvente?
Cuando un deudor se declara insolvente los acreedores pierden la facultad de cobrar los intereses por el impago, se paraliza el cobro de la deuda y no pueden emprender ninguna acción que no sea aprobada por un juez.
Por lo anterior es que algunos acreedores suelen acceder a negociar los pagos antes de llegar a ese punto, para conseguir una parte de su dinero en un menor tiempo y no enfrentarse al proceso.
Quién paga cuando alguien se declara insolvente
Cabe recalcar que ser insolvente no es igual a no pagar, ya que los acreedores pueden solicitar el embargo de tu coche, tus cuentas bancarias, tu piso o cualquier otro bien que aplique entre los embargables. También se puede establecer un nuevo plan de pagos acorde a tus posibilidades.
Insolvencia y Ley de Segunda Oportunidad
La insolvencia, aunque no sea fácil de asumir, en muchas ocasiones no tenemos otra salida. Al declararla encontrarás alternativas que te ayudarán a tener un respiro, como la Ley de Segunda Oportunidad.
Esta permitirá que demuestres que no tienes los recursos para pagar tus deudas, pues tus pasivos son mayores que tus activos y tu liquidez está afectada: actualmente no te es posible responder a estas obligaciones o será así en un futuro.
Así, los acreedores podrán darte alternativas de pago o puedes solicitar al BEPI (Beneficio de Exoneración del Pasivo Insatisfecho) con el que cancelarás la totalidad o parte de tus deudas.
En resumen, ¡declararse insolvente no es el fin del camino! De hecho, puede ser una manera de librarse de las deudas de una vez por todas, con las herramientas que provee la ley. La jurisprudencia sabe que las personas con déficit económico pasan por situaciones de alto estrés, y por ello, ofrece mecanismos como la Ley de la Segunda Oportunidad, donde se congelan las deudas y los intereses, en tanto se obtiene una solución.
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