En pleno siglo XXI es un raro caso encontrarse con un adulto que no tenga deudas de algún tipo. No importa si están al día en los pagos o son morosos, muchos tienen obligaciones como un crédito para estudiar, una hipoteca, o un préstamo para comprar un coche.
Saber qué tipo de deuda se contrae es importante para establecer planes de pago, considerar cuáles son tus mejores opciones, y saber qué hacer si te encuentras en morosidad. Por ello en este artículo te expondremos una de las categorías más conocidas, respondiendo a la pregunta ¿qué se considera deuda líquida?
¿Cómo se define la deuda líquida?
Las deudas líquidas son aquellas cuantificables, es decir, que están expresadas en números y cifras que determinan el monto al que se refiere esta obligación. Es decir, son aquellas de las cuales se conoce su valor exacto a la hora de adquirirlas.
Por ejemplo, si estás en busca de un piso y te dan un precio específico por su compra, esta es la deuda líquida. Así que otros conceptos como los intereses o las sanciones por atrasarte en la hipoteca no se aplican sobre esta definición.
Tampoco se las considera líquidas si su valor se cuantifica a partir de, por ejemplo, la decisión de un juez en medio de un proceso por endeudamiento, porque en el momento no son cuantificables y depende de lo que se delibere.
Ten en cuenta, además, que a las deudas líquidas se eliminan pagándolas, no con otros bienes o algún tipo de trabajo social.
Importancia de la deuda líquida
Si temes enfrentarte a algún proceso por tener impagos en tus deudas, es importante saber si son líquidas. Ya que, si lo son, podrán proceder a la reclamación mediante un procedimiento judicial, porque se considera que es exigible.
El juicio monitorio es uno de los procedimientos judiciales más utilizados para la reclamación de deudas, porque agiliza el cobro de lo impagado. En caso de que se acepte la petición y no te pongas al día con tus obligaciones, pueden comenzar el proceso de embargo de tus bienes.
Juicio monitorio, ¿qué requisitos se deben cumplir?
Como ya lo dijimos, el juicio monitorio es uno de los procedimientos judiciales más sencillos en cuanto a la reclamación de deudas, pues pueden hacerlo incluso sin abogado ni procurador y no hay un límite relacionado con la cuantía.
No obstante, para que sea posible acceder a este recurso, las deudas a reclamar deben cumplir con ciertos requisitos:
- La deuda debe ser monetaria, o sea que es necesario que esté expresada en dinero en curso legal, sea nacional o extranjero. Así que no te pueden enfrentar a un juicio monitorio si la obligación se refería a hacer o dar cosas diferentes.
- La deuda debe ser líquida, como ya hemos aclarado en este texto, para que se proceda al cobro de una deuda por medio del juicio monitorio, se requiere que esta sea cuantificable y exacta.
- La deuda debe estar vencida, es decir que tienes que haberte atrasado en algún pago. No es posible que te reclamen por una deuda futura.
- La deuda debe ser exigible, o sea que no puede haber ningún impedimento legal que imposibilite su reclamación. Como, por ejemplo, que adelantes tu declaración de insolvencia y te acojas a la Ley de Segunda Oportunidad, momento en el cual se paraliza el proceso para poder negociar nuevos acuerdos de pago o analizar tu capacidad para saldarlas.
¿Cómo se deben acreditar las deudas?
Así como hay requisitos para reclamar las deudas, las entidades acreedoras también tendrán que acreditarlas con el objetivo de proceder al cobro.
Esencialmente se debe demostrar que hay una deuda existente, lo cual se hace a través de la presentación de diferente documentación:
- Documentos en los que figure la firma del deudor.
- Facturas, certificaciones, albaranes de entrega y otros documentos que sirvan como prueba de que el acreedor y el deudor tienen una relación existente.
- Documentos comerciales que, además de demostrar la deuda, expongan una relación anterior duradera.
- Certificaciones sobre el impago de las obligaciones, en caso de que se trate de gastos comunes de comunidades de propietarios.
Si el acreedor cuenta con esta documentación y la presenta adecuadamente, podrá exigirte el pago de la deuda. En este punto tendrás 20 días hábiles para pagar y que se archive el caso.
En caso de que no pagues el procedimiento seguirá en curso y podrías enfrentarte al embargo de tus bienes para cubrir la deuda.
También tienes la posibilidad de oponerte a la reclamación dirigiéndote por escrito al juzgado y exponiendo los motivos por los que la deuda no es exigible.
En conclusión, es importante que sepas qué clase de deudas tienes y si son líquidas, ya que si incumples con los pagos, estas pueden reclamártelas a través de un juicio monitorio.
Este procedimiento judicial es sencillo y es el más utilizado para el cobro de obligaciones, pero se debe cumplir con ciertas condiciones como que la deuda sea monetaria, exigible, esté vencida o, como atañe a este artículo, sea líquida.
Si al leer el artículo te surgió alguna duda adicional, ¡contáctanos! Somos expertos en el tema y podemos guiarte en este camino.
¿De cuánta utilidad te ha parecido este contenido?
¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!
Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0
Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.
¡Siento que este contenido no te haya sido útil!
¡Déjame mejorar este contenido!
Dime, ¿cómo puedo mejorar este contenido?