Toda deuda es susceptible de prescribir, sin importar el tipo de deuda que sea. La prescripción hace referencia al plazo máximo en el que se puede reclamar la deuda por lo cual cuando el periodo se cumple, se pierde el derecho para realizar alguna acción de cobro.
En el Código Civil se hace referencia a la prescripción en varios artículos; uno de ellos es el 1964, donde se establece el plazo de prescripción que tienen algunas deudas, como la hipotecaria que prescribe a los 20 años.
Por su parte, las acciones personales que no tengan plazo especial prescriben a los cinco años desde que pueda exigirse el cumplimiento de la obligación, mientras que en las obligaciones continuadas de hacer o no hacer, el plazo comenzará cada vez que se incumplan.
En los artículos siguientes al citado se detalla la prescripción de otro tipo de deudas. Por ejemplo, en el 1966 se lee que, por el transcurso de cinco años, prescriben las acciones para exigir el cumplimiento de pagar pensiones alimenticias y de satisfacer el precio de los arriendos, sean éstos de fincas rústicas o de fincas urbanas.
Así como de cualesquiera otros pagos que deben realizarse por años o en plazos más breves. Por lo que, en términos generales, las deudas en España prescriben en un periodo de tiempo que comprende desde los 3 hasta los 20 años.
Con esto en cuenta, hablaremos sobre las estrategias legales que se pueden usar para evitar la prescripción de las deudas, cómo interrumpir la prescripción legalmente en España, cuándo conviene renovar o reconocer una deuda para evitar su prescripción, y el efecto que tienen las acciones judiciales en la prescripción de una deuda.
¿Qué estrategias legales existen para evitar la prescripción de una deuda?
Existen varias estrategias legales que los acreedores pueden usar para evitar la prescripción de una deuda, ya que estos tienen el derecho de interrumpir los plazos de prescripción, cuando esto se hace los plazos se deben reiniciar, o contar desde cero.
Siendo así, entre las estrategias que pueden emplearse para dicho fin está el cobrar por vías judiciales, por medio de una demanda o proceso monitorio.
En donde el deudor debe cumplir con el pago de lo que le corresponde, luego de que el acreedor muestre evidencia de la responsabilidad financiera no saldada ante un juez, y éste brinde un plazo de 20 días a la persona para que se ponga al día o haga sus reparaciones.
En una segunda estrategia se encuentra lograr que el deudor reconozca de forma expresa la existencia de la deuda, realizando algún tipo de pago parcial o buscando una renegociación de la misma.
Otra de las estrategias es que el acreedor cobre la deuda, pero hay que mencionar que dicho cobro debe hacerse de forma clara; cabe recalcar que no es suficiente que sea solo un recordatorio de la deuda pendiente.
Los acuerdos de pago con el deudor también pueden generar la interrupción del plazo de prescripción, ya sea por medio de una quita, reestructuración o refinanciación de la deuda.

¿Cómo interrumpir la prescripción de una deuda legalmente en España?
Como se vio en el apartado anterior, hay varias formas que tiene el acreedor para lograr la interrupción de la deuda. En este sentido, para lograr dicho fin se pueden usar algunas de las 3 acciones definidas en el artículo 1973 del Código Civil, que expresa lo siguiente:
“La prescripción de las acciones se interrumpe por su ejercicio ante los Tribunales, por reclamación extrajudicial del acreedor y por cualquier acto de reconocimiento de la deuda por el deudor”.
¿Cuándo conviene renovar o reconocer una deuda para evitar su prescripción?
Esta pregunta es posible responder desde dos miradas: por un lado, tenemos la postura del deudor, y por otra, la del acreedor. Para empezar por la primera, conviene reconocer una deuda para evitar su prescripción cuando se tiene la capacidad de pagar.
También cuando se pueden establecer nuevas condiciones con el acreedor que favorezcan el pago de la deuda, cuando hay riesgo de que la responsabilidad financiera pendiente sea reclamada por medio de acciones judiciales o del embargo.
En cuanto al punto de vista del acreedor, éste verá conveniente renovar el plazo de prescripción cuando vea que el deudor cuenta con los recursos necesarios para saldar la responsabilidad pendiente.
Cuando note voluntad genuina para negociar un acuerdo de pago diferente al que se había pactado, pero que logre evitar una pérdida completa del crédito o el préstamo.
También se puede apelar a la interrupción del plazo cuando el deudor no ha realizado el reconocimiento de la deuda en un plazo de tiempo considerable, cuando el plazo de prescripción está a punto de cumplirse, y por supuesto, cuando hay indicios de que se desea evitar el pago.
¿Cómo afectan las acciones judiciales a la prescripción de una deuda?
Las acciones judiciales afectan directamente a la prescripción de las deudas, ya que, como vimos antes, cuando un acreedor realiza una, se debe volver a contar desde cero el plazo de prescripción.
Por ende, lo que hacen este tipo de acciones es reiniciar desde cero el plazo de prescripción; para evitar que esto suceda se debe dar inicio a las acciones de cobro de forma temprana, para eludir pérdidas a futuro de cuenta del impago.
Puede ocurrir que si se es acreedor, a veces, se desconozca este tipo de aspectos y se tenga dudas sobre qué hacer para evitar la prescripción de las deudas. Por esto, te invitamos a consultarnos, nos especializamos en temas como estos y podemos ayudarte.
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